GAUDÍ - Trabajo Final
Biografía.
Por lo que se sabe hoy, Antoni Gaudí y Cornet nació el 25 de junio de 1852 en una masía o casa familiar denominada La Calderera, entre Ruidoms y Reus, siendo bautizado en la última población. Su padre era un artesano y comerciante de Ruidoms, Francisco Gaudí Serra, de origen galo, y su madre, la reusense Antonia Cornet Bertrán.
El matrimonio concibió cinco hijos, de los que llegaron a mayores Francisco, médico, que murió prematuramente, Antoni, el futuro arquitecto y Rosa, fallecida en agraz. Radicada en Reus la familia Gaudí, Antoni, aún tierno infante, no puedo acceder con regularidad al parvulario del maestro reurense Berenguer, ni tampoco a la escuela primaria del señor Palau, a causa de un reumatismo articular que se le presentó antes de los 6 años y que se manifestaría varias veces en el transcurso de su existencia. Los estudios de segunda enseñanza los iniciaría a los 11 años en el colegio de los Padres Escolapios de Reus, aunque muy pronto se distinguió por sus calificaciones en Geometría.
El trabajar, hacia 1860, en el taller de su padre, supuso para el joven Gaudí, más al iniciarse en algo un tanto ritual, el reparar en los diversos materiales naturales que podía ofrecer la multicromática naturaleza del baix camp a todo aquel que pactase con ella. Puede hablarse aquí, quizás, de algo así como una "iniciación", más o menos subconsciente, que a fin de cuentas supuso para Gaudí el dar cabida en sus neuronas a la presunta geometría de los troncos de los árboles, la que le brindaban las osamentas de distintos vertebrados, pero también la forma de risco, montañas e incluso nanoformas botánicas, como los mismos revellons y amanitas... Algo fantástico que con los años, Gaudí, supo transferir a sus creaciones arquitectónicas, dotándoles de un carácter atemporal, dado que pudieron inspirarse simplemente en la Madre Naturaleza, más que logros arquitectónicos que le precedieron. Todo un universo mental en el que se inició, adolescente aún, tras las acampadas estivales junto a las ruinas cistercienses de Poblet, con sus amigos Eduardo Toda y José Rivera.
Contaba con 22 años de edad cuando en octubre de 1874 Gaudí pudo matricularse en la Escuela de Arquitectura de reciente creación. Tal ingreso supuso superarse continuamente en dibujo lineal, artístico y francés, pero también aprender: alemán e inglés, ya que como catalno-parlante pronto dominase el francés, lo que le permite entusiasmarse con la lectura de "Las siete lámparas de la arquitectura" de J. Ruskin, y al inglés Morris, vertido en lengua gala. Así, pronto, se le verá como asiduo un tanto obsesivo de la biblioteca de la Escuela, maravillándose del canon clásico de Luigi Canina, pero también de diversas lindezas contemporáneas y particularmente interesado en la arquitectura islámica, más conocida como morisca, y que conoce también merced a monumentos hindúes, egipcios y mudéjares, que descubre tras la lectura de textos Amador de Ríos.
Fueron años de duro aprendizaje, de cuyas lecturas nos da cierta medida H. Géné-Loyer. En el transcurso del ismo, pudo atiborrarse de un sinfín de arquitecturas exóticas, avalancha que le hizo reflexionar y aprovechar, hasta cierto punto, la estructura práctica e intelectual que enseñaban sus profesores, pero también, incidir una experiencia personal en resistencia de materiales, análisis de la tensión, dibujos en perspectiva, mecánica, topografía y trazado de esbozos.
Comprendió que España rebosaba de tradiciones culturales, aún vivas en su arquitectura e integradas en su cultura. Pero antes, de la tal descubrimiento pudo asimilar las lecciones de los tratados y ensayos de Pugin, Ruskin y Viollet-Le-Duc, tres maestros que posiblemente le proporcionaros el aparato crítico para captar toda la información recogida.
Es natural que, en medio de esta indigestión, o le llegase algún proyecto primerizo, lo que parece no importarle demasiado. En tal situación, y aún sin tener el título de arquitecto, entraría a trabajar con Josep Fonserè i Mestre, autor del nuevo Parque de la Ciutatdella. Por entonces, murió su hermano, el médico, aún joven, pérdida que le produjo una particular depresión que pudo prolongarse por tener que ayudar a su hermana afectada de minusvalía.
Por otra parte, ya trabajando en dos o tres proyectos a la vez, tenía su máquina mental siempre a punto. Fue posiblemente por entonces cuando hilvanó algunas de sus meditaciones sobre la casa pairal catalana- que nos ha dejado escritas-, junto con otras notas también conocidas, sobre el que llamaríamos "compañerismo de taller", en el que deja transcluir un particular interés por un socialismo más o menos utópico.
El 15 de marzo de 1878, Gaudí pudo obtener el título oficial de arquitecto y con el mismo la facultad de figurar en el elenco del Colegio de Arquitectos de Catalunya y a la vez participar en los concursos oficiales. Hacía algún tiempo que trabajaba como delineante en el taller de Fosère, un acreditado constructor catalán, en cuyo estudio trazó una serie de proyectos un tanto rutinarios.
Es el mismo año en que, Domenech, publica en Barcelona su manifiesto "En busca de una arquitectura nacional", con el que quiere responder un tanto a las ansias regionales que nutran el catalanismo como movimiento ideológico coherente. Es entonces, cuando se manifiesta la Reinaxença captando a Gaudí, quien vuelca sus sentires con el gótico catalán y el inglés William Morris, a quien relee y estudia, sugiriéndole la recreación de una ornamentación plena de color y "novedades".
Etapas Historicista de Gaudí.

Esta primera etapa, se caracteriza por un cierto historicismo, que vuelve la mirada al arte mudejar y al gótico, como se muestra en las siguientes obras.
La casa Vicens constituye el primer trabajo importante del arquitecto, construida entre 1883 y 1888, la casa Manuel Vicens i Montaner es un proyecto muy imaginativo preparado para una familia rica, propietaria de una fábrica de cerámica. Esto se manifiesta en la fachada que tiene una decoración basada en la baldosa.
El edificio tiene diferentes volúmenes separados por ángulos en un concepto opuesto al de la "Pedrera" en la que predominan las líneas onduladas.
La atmósfera del interior del edificio tiene influencias de la arquitectura árabe, influencia que se manifiesta de una manera muy acusada en la habitación llamada el "fumador".
Gaudí se encontraba en ese momento en el primer periodo de su carrera, que se caracterizaba por la utilización de un lenguaje arquitectónico de gran simplicidad constructiva, en el que prima la línea recta sobre la línea curva.
Estéticamente corresponde con una etapa de influencia orientalista, donde las fromas estructurales y ornamentales corresponde al gusto por el arte oriental, principalmente mudejar, persa y bizantino como apreciamos en muchas de sus obras.
A principio de 1889, Gaudí se hizo cargo de las obras de la escuela y sede de la orden religiosa de Sant Gervasi de Cassoles, actualmente integrado en Barcelona. La construcción del colegio se había inicado en el año anterior, según el proyecto de Joan Baptista Pons i Trabal que abandonó cuando tan solo se había construido los cimientos del edificio. Gaudí respetó la planta de la propuesta inicial, pero modificó el aspecto del edificio transformándolo en una de sus creaciones más personales.
A diferencia de gran parte de las obras de Gaudí, el colegio de las teresianas se construyó con pocos medios para adaptarse tanto a los escasos recursos económicos de la congregación como al voto de pobreza de las religiosas. Sacando al máximo provecho a materiales económicos, Gaudí concibió el colegio como un original castillo neogótico, con una fachada que combina la mampostería y el ladrillo con notable resultado estético y que incorpora muchos símbolos religiosos, como anagramas de Jesucristo, escudos carmelitas, cruces de cuatro brazos en las torres de los ángulos y birretes doctorales en las almenas en referencia a Santa Teresa.

En la fachada también están presentes los tradicionales arcos parabólicos de Gaudí, en las ventanas y en el porche de entrada, éste último vallado con una elegante reja de hierro forjado.
Los arcos se repiten en el interior del edificio, en los pasillos que rodean el patio de luces y que constituyen uno de los espacios más sugestivos de la obra del arquitecto Catalán. Se cuenta la anécdota de que ante la insistencia del padre Ósso de ceñirse al presupuesto Gaudi le contestó un día " Cada cual a lo suyo, Mosén Erique; yo hacer casas, usted hacer misas".
Durante la construcción, imbuido del aire de recogimiento y meditación que debía tener el Colegio, Gaudí realizó dos curiosos elementos constructivos: en la columnata del primer piso dejó en medio de las columnas un pilar de un metro de altura, sin ningún remate ni decoración; al ser preguntado, dijo que representaba a Dios, por lo que no necesitaba ningún adorno.
A continuación, dejó la escalera, que en ese punto subía al segundo piso, interrumpida, colocando el acceso al piso superior en otro lado; desde entonces hay una escalera de catorce peldaños que no conduce a ninguna parte.
En 1883 Gaudí recibió el encargo de un hotelito anexo al Palacio de Sobrellano, del marques de Comillas conocida como el capricho, fue encargado por Máximo Díaz de Quijano y construido entre 1883 y 1885. La dirección de las obras corrió a cargo de Cristòfor Cascante i Colom, compañero de estudios de Gaudí. De estilo oriental, tiene planta alargada, con tres niveles y una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica.
El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmto, como en la Casa Vicens. El salón principal destaca por un amplio ventanal con ventanas de guillotina, y dispone de un fumadero cubierto por falsas bóvedas de estudio estilo árabe.
Por tanto, el mudejarismo de la casa Vicens, como el goticismo del colegio de las teresianas, están interpretados de una forma muy libre y original, tanto que aunque recuerde a esos estilos a su vez es un nuevo lenguaje arquitectónico.
La relación con la familia Güell.
La relación entre el industrial Eusebi Güell y Antoni Gaudì se inició cuando Güell vio en la exposición universal de París de 1878 una vitrina que había proyectado Gaudí para el comerciante de guantes Esteve Comella. A quel mismo año, Güell le encargó el mobiliario de la capilla panteón del Palacio Sobrellano, en Comillas, Localidad situada en la costa cantábrica, por cuenta de su acaudalado suegro, Antonio López i López. El arquitecto de esta magnífica capilla neogótica era Joan Martonell i Montells, en cuyo estudio había trabajado Gaudí.
Unos años después, Joan Martorell proporcionó un nuevo encargo a Antoni Gaudí, hecho que consolidó la relación entre los dos arquitectos . Se trataba de los pabellones de la portería y las caballerizas de la Finca Gúell, una propiedad que el industrial tenía en Les Corts, al oeste de Barcelona.
En 1886 Güell confió a Gaudí la construcción de su nueva vivienda, el Palau Güell, en la calle Nou de la Rambla, en el casco antiguo de la ciudad. Más tarde, en 1895, Gaudí construyó con la colavoración de Francesc Berenguer una bodega vinicola en el Garraf y en 1898 proyectó la iglesia de la colina Güell, donde residían los obreros de la gran fábrica téxtil que el industrial podeía en las priximidades de Barcelona. Finalmente, en 1900, Gaudí recibió el encargo de proyectar el Park Güell.
Güell entendió mejor que ningún otro de sus contemporáneos el sentido de la arquitectura de Gaudí. La relación que mantuvieron no fue simplemente la propia de un artista y mecenas, sino una verdadera historia de amistad.
Durante muchos años, la familia Güell residió en la casa solariaga que había en los terrenos donde se ubicó la urbanización (actualmente es colegio), mientras que Gaudí vivía en una de las dos casas que allí se construyeron. En la vida del empresario, el parque ya era considerado una de las grandes atracciones turísticas de Barcelona, y la gran plaza se cedía a menudo para la realización de actos catalanistas, bailes de sardanas y otros acontecimientos de carácter cívico y social.
El modernismo de Gaudí.
vEs en esta segunda etapa de su obra donde el arquitecto Catalán se despega de cuanto ha sido algún recuerdo de la arquitectura historicista y con absoluta libertad vuelve su mirada a las formas y detalles de la naturaleza que trasladaba a sus obras como si fueran seres vivos.
Dos circunstancias, ambas en la frontera de cambio de siglo, favorecieron la trayectoria arquitectónica de Gaudí, su relación con la familia Güell y la transformación del paseo de Gracia en la gran avenida representativa de la nueva Barcelona.
Por encargo de la razón social Hijos de Pedro Martin Valvet, Gaudí construyó la casa Calvet(1898-1899). La fachada es de piedra de sillería de Montjuic, adornada con balcones de hierro forjado y rematada por dos frontones, corones con cruces de hierro de forja. Destaca asimismo en la fachada la tribuna del piso principal, decorada con motivos vegetales y mitológicos. En proyecto, Gaudí utilizó cierto estilo barroco, visible en el uso de columnas salomónicas , la decoración con temas florales y el proyecto de azotea con cascada y maceteros de aire rocoso. Por esta obra ganó en 1900 el premio al mejor edificio del año, otorgado por el ayuntamiento de Barcelona.
Eusebi Güell encargó a Gaudí el proyecto de hacer una urbanización para familias acomodadas en una gran finca que había adquirido en la zona conocida popularmente como la montaña pelada. Su situación era inmejorable, en un entorno saludable y con unas espléndidas vistas del mar y la llanura de Barcelona.
En la urbanización se preveían unas 60 parcelas con forma triangular, con una compleja red de caminos, viaductos y escaleras que salvaban la topografía del terreno. Las condiciones de construcción eran muy restrictivas, ya que solo se podía edificar una sexta parte de la parcela, la altura y la ubicación de las viviendas no podían obstaculizar la vista al mar ni privar a los vecinos del Sol. Güell quería recrear los parques residenciales británicos y por ese motivo lo llamó Park Güell, en inglés.
Gaudí respetó la vegetación existente en la antigua finca, como los algarrobos y los olivos. En cuanto a la introducción de nuevas especies, opto por plantas mediterráneas con baja demanda de agua. Asimismo, ideó diversos sistemas de captación de agua a partir de los sistemas de riego que conocía del entorno rural de su niñez. De esta manera, tanto la vegetación como la gestión de los recursos híbridos contribuían a evitar la erosión del terreno ocasionada por las torrenciales lluvias mediterráneas, al tiempo que ayudaban a cubrir las necesidades de agua de los habitantes de la urbanización.
En Octubre de 1900 se comenzó a nivelar los terrenos y las obras avanzaron a buen ritmo. El 4 de Enero de 1903, una descripción publicada por el Anuario de la Asociación de Arquitectos indicaba que ya estaban terminados los dos pabellones de la entrada, la escalinata principal, el refugio para los coches de caballos, la valla exterior, los viaductos y una parte de gran explanada, así como el sistema de evacuación de aguas. En 1907, ya se celebraban actos en la gran plaza, por lo que sabemos que la sala Hipostila ya estaba totalmente cubierta, y el banco cerámico que la rodea se completó en 1914.
El primero en comprar una parcela en el Park fue un amigo de Güell, el abogado Martin Trias i Domenech, que encargó la construcción de su chalet al arquitecto Juli Batllevell.
Al mismo tiempo, el contratista de la obra, Jose Prado i Casanovas, edificó una casa muestra para dinamizar las ventas, que fue proyectada por el colaborador de Gaudí, Francesc Berenguer.
Gaudí se trasladó a vivir allí en 1906 con su padre y su sobrina. Poco después, en 1907, Eusebi Güell convertía su residencia habitual la antigua casa señorial que ya existía cuando adquirió los terrenos para hacer la urbanización, la Casa Larrard. En aquellos años, y con el vistos bueno del propietario, se celebraron multitud de actos cívicos en la gran plaza.
Las complejas condiciones de la venta de las parcelas, mediante antiguos contratos enfitéuticos, la falta de un transporte adecuado y el carácter muy exclusivo de la urbanización la hicieron inviable. A falta de compradores, las obras se abandonaron en 1914. Solo se habían construido dos de las 60 casas públicos, mientras empezaba a aparecer en las guías turísticas de Barcelona como uno de los puntos de atracción de la ciudad.
Los pabellones de la entrada son muestra de la plenitud gaudiana, con cubiertas de bóvedas catalanas en forma de paraboloide hiperbólico. Pasados los pabellones se encuentra una escalinata que conduce a los niveles superiores, decorada con unas fuentes esculpidas donde destaca el dragón, que se ha convertido en símbolo del parque y uno de los más reconocidos emblemas de la urbanización, hecha con grandes columnas de orden dorico. Encima de esta se encuentra una gran plaza en forma de teatro griego, con el famoso banco corredizo revestido de cerámica troceada, obra de Josep María Jujol.
Eusebi Güell murió en su casa del Park Güell en 1918, y sus herederos ofrecieron el parque al ayuntamiento, que acordó su compra en el pleno municipal celebrado el 26 de mayo de 1922. En 1926, se abrió como parque municipal. La casa de la familia Güell se habilitó como colegio público, que adoptó el nombre del pedagogo Baldiri Reixac, y la zona se destinó a vivero de flores ornamentales para el ayuntamiento. Gracias a la labor de los amigos de Gaudí, la casa Gaudí en el Park se abrió al público como casa museo Gaudí en 1963.
El park Güell se convirtió así en un parque público muy apreciado por los barceloneces y en un importante foco de atracción de visitantes. Fue reconocido como monumento artístico en 1969 y fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en 1984.
Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores que gaudí obtenía de desechos de vidrieras. El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por un
a estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios. En la azotea destacan las chimeneas que forman helicoidales y rematadas por sombretes cónicos, revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distinto colores. Culmina la fachada enuna bóveda formada por arcos catenarios cubiertos con dos capas de ladrillo, recuerda con cerámica vidriada en forma de escamas que recuerda el lomo de un dragón; en la parte izquierda, hay una torre cilíndrica con los anagramas de Jesús, María y José con la cruz gaudiana de cuatro brazos.
Otro de los mayores encargos y una de las más elogiadas de Gaudí, será la Casa Milá o más conocida como la pedrera (1906-19010) encargo de Pere Milá i Camps fascinado por la casa Batlló, esta será la última obra en el paseo de Gracia. Gaudí concibió la casa alrededor de dos grandes patios de forma curvilínea, con una estructura de pilares de piedra, ladrillo y hierro colado, y enramados de jácenas de hierro. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea, salvo la parte superior que está recuebierta de azulejos blancos, evocando una montaña nevada. Posee un total de cinco plantas, mas un desván- realizado en su totalidad con arcos catenarios- y la azotea, así como los dos grandes patios anteriores, uno de planta circular y otro de planta oval. En la azotea destacan las salidas de escaleras, rematadas con la cruz de cuatro brazos, así como las chimeneas, recubiertas con cerámica de unas formas que sugieren yelmos de soldados.

La decoración interior corrió a cargo de Josep María Jujol, la fachada habría estado rematada por un grupo escultórico de piedra, metal y crital con la Virgen del Rosario rodeada de los arcángeles Miguel y Gabriel, de 4 metros de altura. Se hizo el boceto a cargo del escultor Carles Mani, pero debido a los sucesos de la semana trágica de 1909, se abandonó el proyecto.
La Sagrada Familia tiene planta en cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y abside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al nacimiento, pasión y gloria Jesús, tiene 18 torres; cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas, una sobre el abside dedicada a la virgen y la torre-cimborio central en honor a Jesús, que alcanza los 170 metros de altura. El templo dispone de dos sacristas junto al abside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el abside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior.
Gaudí aplicó a la Sagrada familia un gran contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicado a cada parte del templo un significado religioso. Esta realizado según técnicas constructivas básicamente tradicionales, utilizando como materiales esenciales el hormigón, la piedra, el hierro y , también, la cerámica para la realización de los mosaicos, el genio trabajaba con maquetas, modelos y fotografías, la fantasía e imaginación esta presente en toda la obra.
No solo tiene un carácter religioso- simbólico, sino que también musical puesto que, al ser campanarios, gaudí pretendía que sonaran en determinados momentos al unisono con el órganico del templo, en feliz conjunción de la arquitecta con la musical.
Durante la vida de Gaudí solo se completaron la cripta, el abside y, parcialmente, la fachada del nacimiento, de la que Gaudí solo vio coronada la torre de San Bernabe. A su muerte, hizo encargo de la construcción a su ayudante, Domenec Sugrañes; posteriormente, ha estado bajo la dirección de diversos arquitectos, siendo Jordi Bonet i Armengol director de las obras desde 1987.
- Columnas de doble giro:Para conseguir más estabilidad y un efecto estético más estilizado y armónico, Gaudí concibió todas las columnas ramificadas como unas columnas de doble giro, formadas por dos columnas helicoidales: cada columna tiene como base un polígono o una estrella que, a medida que crece girando a derecha y a izquierda, se va transformando en círculo. Combinado con helicoides: cuatro ripos de columnas, usando estrellas de 12(crucero), de 10(la de los evangelistas), de 8(la nave y el abside) y de 6 puntas( naves laterales y coro).
Por lo que se sabe hoy, Antoni Gaudí y Cornet nació el 25 de junio de 1852 en una masía o casa familiar denominada La Calderera, entre Ruidoms y Reus, siendo bautizado en la última población. Su padre era un artesano y comerciante de Ruidoms, Francisco Gaudí Serra, de origen galo, y su madre, la reusense Antonia Cornet Bertrán.El matrimonio concibió cinco hijos, de los que llegaron a mayores Francisco, médico, que murió prematuramente, Antoni, el futuro arquitecto y Rosa, fallecida en agraz. Radicada en Reus la familia Gaudí, Antoni, aún tierno infante, no puedo acceder con regularidad al parvulario del maestro reurense Berenguer, ni tampoco a la escuela primaria del señor Palau, a causa de un reumatismo articular que se le presentó antes de los 6 años y que se manifestaría varias veces en el transcurso de su existencia. Los estudios de segunda enseñanza los iniciaría a los 11 años en el colegio de los Padres Escolapios de Reus, aunque muy pronto se distinguió por sus calificaciones en Geometría.
El trabajar, hacia 1860, en el taller de su padre, supuso para el joven Gaudí, más al iniciarse en algo un tanto ritual, el reparar en los diversos materiales naturales que podía ofrecer la multicromática naturaleza del baix camp a todo aquel que pactase con ella. Puede hablarse aquí, quizás, de algo así como una "iniciación", más o menos subconsciente, que a fin de cuentas supuso para Gaudí el dar cabida en sus neuronas a la presunta geometría de los troncos de los árboles, la que le brindaban las osamentas de distintos vertebrados, pero también la forma de risco, montañas e incluso nanoformas botánicas, como los mismos revellons y amanitas... Algo fantástico que con los años, Gaudí, supo transferir a sus creaciones arquitectónicas, dotándoles de un carácter atemporal, dado que pudieron inspirarse simplemente en la Madre Naturaleza, más que logros arquitectónicos que le precedieron. Todo un universo mental en el que se inició, adolescente aún, tras las acampadas estivales junto a las ruinas cistercienses de Poblet, con sus amigos Eduardo Toda y José Rivera.
Contaba con 22 años de edad cuando en octubre de 1874 Gaudí pudo matricularse en la Escuela de Arquitectura de reciente creación. Tal ingreso supuso superarse continuamente en dibujo lineal, artístico y francés, pero también aprender: alemán e inglés, ya que como catalno-parlante pronto dominase el francés, lo que le permite entusiasmarse con la lectura de "Las siete lámparas de la arquitectura" de J. Ruskin, y al inglés Morris, vertido en lengua gala. Así, pronto, se le verá como asiduo un tanto obsesivo de la biblioteca de la Escuela, maravillándose del canon clásico de Luigi Canina, pero también de diversas lindezas contemporáneas y particularmente interesado en la arquitectura islámica, más conocida como morisca, y que conoce también merced a monumentos hindúes, egipcios y mudéjares, que descubre tras la lectura de textos Amador de Ríos.
Fueron años de duro aprendizaje, de cuyas lecturas nos da cierta medida H. Géné-Loyer. En el transcurso del ismo, pudo atiborrarse de un sinfín de arquitecturas exóticas, avalancha que le hizo reflexionar y aprovechar, hasta cierto punto, la estructura práctica e intelectual que enseñaban sus profesores, pero también, incidir una experiencia personal en resistencia de materiales, análisis de la tensión, dibujos en perspectiva, mecánica, topografía y trazado de esbozos.
Comprendió que España rebosaba de tradiciones culturales, aún vivas en su arquitectura e integradas en su cultura. Pero antes, de la tal descubrimiento pudo asimilar las lecciones de los tratados y ensayos de Pugin, Ruskin y Viollet-Le-Duc, tres maestros que posiblemente le proporcionaros el aparato crítico para captar toda la información recogida.
Es natural que, en medio de esta indigestión, o le llegase algún proyecto primerizo, lo que parece no importarle demasiado. En tal situación, y aún sin tener el título de arquitecto, entraría a trabajar con Josep Fonserè i Mestre, autor del nuevo Parque de la Ciutatdella. Por entonces, murió su hermano, el médico, aún joven, pérdida que le produjo una particular depresión que pudo prolongarse por tener que ayudar a su hermana afectada de minusvalía.
Por otra parte, ya trabajando en dos o tres proyectos a la vez, tenía su máquina mental siempre a punto. Fue posiblemente por entonces cuando hilvanó algunas de sus meditaciones sobre la casa pairal catalana- que nos ha dejado escritas-, junto con otras notas también conocidas, sobre el que llamaríamos "compañerismo de taller", en el que deja transcluir un particular interés por un socialismo más o menos utópico.
El 15 de marzo de 1878, Gaudí pudo obtener el título oficial de arquitecto y con el mismo la facultad de figurar en el elenco del Colegio de Arquitectos de Catalunya y a la vez participar en los concursos oficiales. Hacía algún tiempo que trabajaba como delineante en el taller de Fosère, un acreditado constructor catalán, en cuyo estudio trazó una serie de proyectos un tanto rutinarios.
Es el mismo año en que, Domenech, publica en Barcelona su manifiesto "En busca de una arquitectura nacional", con el que quiere responder un tanto a las ansias regionales que nutran el catalanismo como movimiento ideológico coherente. Es entonces, cuando se manifiesta la Reinaxença captando a Gaudí, quien vuelca sus sentires con el gótico catalán y el inglés William Morris, a quien relee y estudia, sugiriéndole la recreación de una ornamentación plena de color y "novedades".
Etapas Historicista de Gaudí.

Esta primera etapa, se caracteriza por un cierto historicismo, que vuelve la mirada al arte mudejar y al gótico, como se muestra en las siguientes obras.
La casa Vicens constituye el primer trabajo importante del arquitecto, construida entre 1883 y 1888, la casa Manuel Vicens i Montaner es un proyecto muy imaginativo preparado para una familia rica, propietaria de una fábrica de cerámica. Esto se manifiesta en la fachada que tiene una decoración basada en la baldosa.
El edificio tiene diferentes volúmenes separados por ángulos en un concepto opuesto al de la "Pedrera" en la que predominan las líneas onduladas.
La atmósfera del interior del edificio tiene influencias de la arquitectura árabe, influencia que se manifiesta de una manera muy acusada en la habitación llamada el "fumador".
Gaudí se encontraba en ese momento en el primer periodo de su carrera, que se caracterizaba por la utilización de un lenguaje arquitectónico de gran simplicidad constructiva, en el que prima la línea recta sobre la línea curva.Estéticamente corresponde con una etapa de influencia orientalista, donde las fromas estructurales y ornamentales corresponde al gusto por el arte oriental, principalmente mudejar, persa y bizantino como apreciamos en muchas de sus obras.
A principio de 1889, Gaudí se hizo cargo de las obras de la escuela y sede de la orden religiosa de Sant Gervasi de Cassoles, actualmente integrado en Barcelona. La construcción del colegio se había inicado en el año anterior, según el proyecto de Joan Baptista Pons i Trabal que abandonó cuando tan solo se había construido los cimientos del edificio. Gaudí respetó la planta de la propuesta inicial, pero modificó el aspecto del edificio transformándolo en una de sus creaciones más personales.
A diferencia de gran parte de las obras de Gaudí, el colegio de las teresianas se construyó con pocos medios para adaptarse tanto a los escasos recursos económicos de la congregación como al voto de pobreza de las religiosas. Sacando al máximo provecho a materiales económicos, Gaudí concibió el colegio como un original castillo neogótico, con una fachada que combina la mampostería y el ladrillo con notable resultado estético y que incorpora muchos símbolos religiosos, como anagramas de Jesucristo, escudos carmelitas, cruces de cuatro brazos en las torres de los ángulos y birretes doctorales en las almenas en referencia a Santa Teresa.
En la fachada también están presentes los tradicionales arcos parabólicos de Gaudí, en las ventanas y en el porche de entrada, éste último vallado con una elegante reja de hierro forjado.
Los arcos se repiten en el interior del edificio, en los pasillos que rodean el patio de luces y que constituyen uno de los espacios más sugestivos de la obra del arquitecto Catalán. Se cuenta la anécdota de que ante la insistencia del padre Ósso de ceñirse al presupuesto Gaudi le contestó un día " Cada cual a lo suyo, Mosén Erique; yo hacer casas, usted hacer misas".
A continuación, dejó la escalera, que en ese punto subía al segundo piso, interrumpida, colocando el acceso al piso superior en otro lado; desde entonces hay una escalera de catorce peldaños que no conduce a ninguna parte.
En 1883 Gaudí recibió el encargo de un hotelito anexo al Palacio de Sobrellano, del marques de Comillas conocida como el capricho, fue encargado por Máximo Díaz de Quijano y construido entre 1883 y 1885. La dirección de las obras corrió a cargo de Cristòfor Cascante i Colom, compañero de estudios de Gaudí. De estilo oriental, tiene planta alargada, con tres niveles y una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica.
El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmto, como en la Casa Vicens. El salón principal destaca por un amplio ventanal con ventanas de guillotina, y dispone de un fumadero cubierto por falsas bóvedas de estudio estilo árabe.
Por tanto, el mudejarismo de la casa Vicens, como el goticismo del colegio de las teresianas, están interpretados de una forma muy libre y original, tanto que aunque recuerde a esos estilos a su vez es un nuevo lenguaje arquitectónico.
La relación con la familia Güell.
La relación entre el industrial Eusebi Güell y Antoni Gaudì se inició cuando Güell vio en la exposición universal de París de 1878 una vitrina que había proyectado Gaudí para el comerciante de guantes Esteve Comella. A quel mismo año, Güell le encargó el mobiliario de la capilla panteón del Palacio Sobrellano, en Comillas, Localidad situada en la costa cantábrica, por cuenta de su acaudalado suegro, Antonio López i López. El arquitecto de esta magnífica capilla neogótica era Joan Martonell i Montells, en cuyo estudio había trabajado Gaudí.Unos años después, Joan Martorell proporcionó un nuevo encargo a Antoni Gaudí, hecho que consolidó la relación entre los dos arquitectos . Se trataba de los pabellones de la portería y las caballerizas de la Finca Gúell, una propiedad que el industrial tenía en Les Corts, al oeste de Barcelona.
En 1886 Güell confió a Gaudí la construcción de su nueva vivienda, el Palau Güell, en la calle Nou de la Rambla, en el casco antiguo de la ciudad. Más tarde, en 1895, Gaudí construyó con la colavoración de Francesc Berenguer una bodega vinicola en el Garraf y en 1898 proyectó la iglesia de la colina Güell, donde residían los obreros de la gran fábrica téxtil que el industrial podeía en las priximidades de Barcelona. Finalmente, en 1900, Gaudí recibió el encargo de proyectar el Park Güell.
Güell entendió mejor que ningún otro de sus contemporáneos el sentido de la arquitectura de Gaudí. La relación que mantuvieron no fue simplemente la propia de un artista y mecenas, sino una verdadera historia de amistad.
Durante muchos años, la familia Güell residió en la casa solariaga que había en los terrenos donde se ubicó la urbanización (actualmente es colegio), mientras que Gaudí vivía en una de las dos casas que allí se construyeron. En la vida del empresario, el parque ya era considerado una de las grandes atracciones turísticas de Barcelona, y la gran plaza se cedía a menudo para la realización de actos catalanistas, bailes de sardanas y otros acontecimientos de carácter cívico y social.
El modernismo de Gaudí.
vEs en esta segunda etapa de su obra donde el arquitecto Catalán se despega de cuanto ha sido algún recuerdo de la arquitectura historicista y con absoluta libertad vuelve su mirada a las formas y detalles de la naturaleza que trasladaba a sus obras como si fueran seres vivos.
Por encargo de la razón social Hijos de Pedro Martin Valvet, Gaudí construyó la casa Calvet(1898-1899). La fachada es de piedra de sillería de Montjuic, adornada con balcones de hierro forjado y rematada por dos frontones, corones con cruces de hierro de forja. Destaca asimismo en la fachada la tribuna del piso principal, decorada con motivos vegetales y mitológicos. En proyecto, Gaudí utilizó cierto estilo barroco, visible en el uso de columnas salomónicas , la decoración con temas florales y el proyecto de azotea con cascada y maceteros de aire rocoso. Por esta obra ganó en 1900 el premio al mejor edificio del año, otorgado por el ayuntamiento de Barcelona.
Eusebi Güell encargó a Gaudí el proyecto de hacer una urbanización para familias acomodadas en una gran finca que había adquirido en la zona conocida popularmente como la montaña pelada. Su situación era inmejorable, en un entorno saludable y con unas espléndidas vistas del mar y la llanura de Barcelona.
En la urbanización se preveían unas 60 parcelas con forma triangular, con una compleja red de caminos, viaductos y escaleras que salvaban la topografía del terreno. Las condiciones de construcción eran muy restrictivas, ya que solo se podía edificar una sexta parte de la parcela, la altura y la ubicación de las viviendas no podían obstaculizar la vista al mar ni privar a los vecinos del Sol. Güell quería recrear los parques residenciales británicos y por ese motivo lo llamó Park Güell, en inglés.Gaudí respetó la vegetación existente en la antigua finca, como los algarrobos y los olivos. En cuanto a la introducción de nuevas especies, opto por plantas mediterráneas con baja demanda de agua. Asimismo, ideó diversos sistemas de captación de agua a partir de los sistemas de riego que conocía del entorno rural de su niñez. De esta manera, tanto la vegetación como la gestión de los recursos híbridos contribuían a evitar la erosión del terreno ocasionada por las torrenciales lluvias mediterráneas, al tiempo que ayudaban a cubrir las necesidades de agua de los habitantes de la urbanización.
En Octubre de 1900 se comenzó a nivelar los terrenos y las obras avanzaron a buen ritmo. El 4 de Enero de 1903, una descripción publicada por el Anuario de la Asociación de Arquitectos indicaba que ya estaban terminados los dos pabellones de la entrada, la escalinata principal, el refugio para los coches de caballos, la valla exterior, los viaductos y una parte de gran explanada, así como el sistema de evacuación de aguas. En 1907, ya se celebraban actos en la gran plaza, por lo que sabemos que la sala Hipostila ya estaba totalmente cubierta, y el banco cerámico que la rodea se completó en 1914. El primero en comprar una parcela en el Park fue un amigo de Güell, el abogado Martin Trias i Domenech, que encargó la construcción de su chalet al arquitecto Juli Batllevell.
Al mismo tiempo, el contratista de la obra, Jose Prado i Casanovas, edificó una casa muestra para dinamizar las ventas, que fue proyectada por el colaborador de Gaudí, Francesc Berenguer.Gaudí se trasladó a vivir allí en 1906 con su padre y su sobrina. Poco después, en 1907, Eusebi Güell convertía su residencia habitual la antigua casa señorial que ya existía cuando adquirió los terrenos para hacer la urbanización, la Casa Larrard. En aquellos años, y con el vistos bueno del propietario, se celebraron multitud de actos cívicos en la gran plaza.
Las complejas condiciones de la venta de las parcelas, mediante antiguos contratos enfitéuticos, la falta de un transporte adecuado y el carácter muy exclusivo de la urbanización la hicieron inviable. A falta de compradores, las obras se abandonaron en 1914. Solo se habían construido dos de las 60 casas públicos, mientras empezaba a aparecer en las guías turísticas de Barcelona como uno de los puntos de atracción de la ciudad.
Los pabellones de la entrada son muestra de la plenitud gaudiana, con cubiertas de bóvedas catalanas en forma de paraboloide hiperbólico. Pasados los pabellones se encuentra una escalinata que conduce a los niveles superiores, decorada con unas fuentes esculpidas donde destaca el dragón, que se ha convertido en símbolo del parque y uno de los más reconocidos emblemas de la urbanización, hecha con grandes columnas de orden dorico. Encima de esta se encuentra una gran plaza en forma de teatro griego, con el famoso banco corredizo revestido de cerámica troceada, obra de Josep María Jujol.
Eusebi Güell murió en su casa del Park Güell en 1918, y sus herederos ofrecieron el parque al ayuntamiento, que acordó su compra en el pleno municipal celebrado el 26 de mayo de 1922. En 1926, se abrió como parque municipal. La casa de la familia Güell se habilitó como colegio público, que adoptó el nombre del pedagogo Baldiri Reixac, y la zona se destinó a vivero de flores ornamentales para el ayuntamiento. Gracias a la labor de los amigos de Gaudí, la casa Gaudí en el Park se abrió al público como casa museo Gaudí en 1963.
El park Güell se convirtió así en un parque público muy apreciado por los barceloneces y en un importante foco de atracción de visitantes. Fue reconocido como monumento artístico en 1969 y fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en 1984.
Uno de los mayores encargos y de las obras más emblemáticas de Gaudí fue la Casa Batlló (1904-1906). Encargo de Josep Batillo i Casanivas para reformar un edificio anterior de Emilio Sala Cortes de 1875, Gaudí se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, levantó un quinto piso para el personal del servicio. Para esta obra contó con la colaboración de sus ayudantes Domenec Sugrañes, Joan Rubio y Josep Canaleta. La fachada se hizo de piedra arenisca de Montjuic, tallada según superficies regladas en forma rectangular de los balcones del edificio anterior, dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente.
Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores que gaudí obtenía de desechos de vidrieras. El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por un
Otro de los mayores encargos y una de las más elogiadas de Gaudí, será la Casa Milá o más conocida como la pedrera (1906-19010) encargo de Pere Milá i Camps fascinado por la casa Batlló, esta será la última obra en el paseo de Gracia. Gaudí concibió la casa alrededor de dos grandes patios de forma curvilínea, con una estructura de pilares de piedra, ladrillo y hierro colado, y enramados de jácenas de hierro. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea, salvo la parte superior que está recuebierta de azulejos blancos, evocando una montaña nevada. Posee un total de cinco plantas, mas un desván- realizado en su totalidad con arcos catenarios- y la azotea, así como los dos grandes patios anteriores, uno de planta circular y otro de planta oval. En la azotea destacan las salidas de escaleras, rematadas con la cruz de cuatro brazos, así como las chimeneas, recubiertas con cerámica de unas formas que sugieren yelmos de soldados.
La decoración interior corrió a cargo de Josep María Jujol, la fachada habría estado rematada por un grupo escultórico de piedra, metal y crital con la Virgen del Rosario rodeada de los arcángeles Miguel y Gabriel, de 4 metros de altura. Se hizo el boceto a cargo del escultor Carles Mani, pero debido a los sucesos de la semana trágica de 1909, se abandonó el proyecto.
El el último proyecto para su gran mecenas Eusebi Güell, fue una iglesia para la colonia de este, en Santa Coloma de Cervelló, aunque el proyecto estaba desde 1898 no se colocó el primer ladrillo hasta el 4 de octubre de 1908.
Lamentablemente, solo se construyó la nave inferior de la iglesia, ya que, a la muerte del conde Güell, sus hijos abandonaron el proyecto. Gaudí proyectó una iglesia de planta oval con cinco naves, una central y dos más a cada lado.
Ideó un conjunto plenamente integrado en la naturaleza, reflejo del concepto que Gaudí tenía de la arquitectura como orgánica. Un pórtico de bóvedas de paraboloide hiperbólico antecedente a la cripta, primera vez que Gaudí empleó esta estructura y primer ejemplo de bóvedas paraboloide de la historia de la arquitectura. En la cripta, destacan los grandes ventanales, de forma hiperboloidal, cubiertos con vidrios de colores en forma de pétalos de flor.
En el interior se alternan pilares circulares de ladrillo con columnas inclinadas de basalto, como dijo Gaudí, si se hubiese finalizado sería una maqueta monumental de la Sagrada Familia.
Lo que sería la culminación de su estilo naturalista y a lo que dedicó la etapa final de su vida, donde desataría su genio y su maestría, haciendo una síntesis de todas las soluciones estructurales y ornamentales sería en La Sagrada Familia, Gaudí hace una perfecta combinación entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico.
La Sagrada Familia tiene planta en cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y abside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al nacimiento, pasión y gloria Jesús, tiene 18 torres; cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas, una sobre el abside dedicada a la virgen y la torre-cimborio central en honor a Jesús, que alcanza los 170 metros de altura. El templo dispone de dos sacristas junto al abside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el abside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior.
Gaudí aplicó a la Sagrada familia un gran contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicado a cada parte del templo un significado religioso. Esta realizado según técnicas constructivas básicamente tradicionales, utilizando como materiales esenciales el hormigón, la piedra, el hierro y , también, la cerámica para la realización de los mosaicos, el genio trabajaba con maquetas, modelos y fotografías, la fantasía e imaginación esta presente en toda la obra.
Las cubiertas son bóvedas de formas geométricas muy decorativas. En las naves están formadas por cúpulas de formas hiperboloides modulares, cóncavas y convexas que crean el efecto de superficies estrelladas.
Las columnas son de gran belleza y originalidad, muestra la fascinación de Gaudí por la naturaleza, parecen árboles inclinados cuyas ramas sujetan bóvedas. Como fue habitual en muchas de sus obras, Gaudí propuso que este edificio fuera recubierto con azulejos de rica y vibrante policromía.
No solo tiene un carácter religioso- simbólico, sino que también musical puesto que, al ser campanarios, gaudí pretendía que sonaran en determinados momentos al unisono con el órganico del templo, en feliz conjunción de la arquitecta con la musical.Durante la vida de Gaudí solo se completaron la cripta, el abside y, parcialmente, la fachada del nacimiento, de la que Gaudí solo vio coronada la torre de San Bernabe. A su muerte, hizo encargo de la construcción a su ayudante, Domenec Sugrañes; posteriormente, ha estado bajo la dirección de diversos arquitectos, siendo Jordi Bonet i Armengol director de las obras desde 1987.
La geometría de Gaudí.
En este punto, hablare sobre la magia que hacía posible las formas imposibles de Gaudí, la geometría, en este caso sobre la geometría en la Sagrada familia, culminación de su arte.
La Sagrada Familia.
- Columnas de doble giro:Para conseguir más estabilidad y un efecto estético más estilizado y armónico, Gaudí concibió todas las columnas ramificadas como unas columnas de doble giro, formadas por dos columnas helicoidales: cada columna tiene como base un polígono o una estrella que, a medida que crece girando a derecha y a izquierda, se va transformando en círculo. Combinado con helicoides: cuatro ripos de columnas, usando estrellas de 12(crucero), de 10(la de los evangelistas), de 8(la nave y el abside) y de 6 puntas( naves laterales y coro).
Estructura arborescente.
·El diámetro y la altura: la altura total de la columna (sin contar la base) es siempre, en metros, del doble que el número de puntas: columna de 12( altura total 24m), columna 10 ( altura total de 20m), columna de 8(altura de 16m), columna de 6( altura total 12m ). Las alturas se descomponen en tramos, cada vez más pequeños, que suman la altura total, y cada tramo duplica el número de aristas inicial.
- Superficies regladas: Gaudí utilizó superficies regladas y cuadráticas, muchas de las cuales son regladas. Las superficies son fáciles de construir las de doble o alabeadas tienen propiedades estructurales de gran utilidad, poseen una gran rigidez.
- Hiperboloides: utilizados en las aberturas de los ventanales y en otras aberturas en la bóveda. También en el techo de la nave principal.
- Paraboloides: lo utiliza en superficies de enlace en bóvedas y en cubiertas. También, en las columnas de la fachada de la pasión.
- Helicoidales:
- Elipsoides.

















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